Lo urbano y lo natural, dos conceptos en apariencia opuestos. En realidad, se trata de un mito desmentido por las actuales tendencias de diseño de los parques infantiles. El Parque Inclusivo Laurel, situado en una de las principales zonas verdes de “La Paz” en el Puerto de La Cruz de Tenerife, es prueba de ello gracias a su dualidad. Ha sido ideado para resolver mediante formas continuas y curvas la transición de lo más urbano hacia lo natural, de lo pavimentado a lo ajardinado, siempre con el objetivo de conseguir el contacto con la naturaleza de forma inclusiva para todos los públicos del juego.
Por ello, las zonas de ocio se sitúan precisamente en esa transición, de forma que se convierten en los espacios protagonistas que entrelazan urbanidad con naturaleza. Una visión posible gracias al trabajo conjunto de BDU con Jiménez y Bazán Arquitectos, que ha permitido, además, convertir este espacio en un parque accesible e inclusivo que se propone acabar con todas las barreras físicas y cognitivas.
Inclusividad e innovación, la piedra angular del parque
Idear un parque infantil con perspectiva inclusiva no es fácil, ya que requiere replantearse muchos aspectos técnicos y conceptuales. A continuación, destacamos las cualidades más innovadoras que han hecho del Parque Inclusivo El Laurel un espacio de referencia:
El entorno
Todo el ámbito está resuelto entre pendientes del 1%-4% sin ningún tipo de bordillo o desnivel que impida su accesibilidad en el caso más desfavorable de una silla de ruedas.
Predomina el carácter natural de la vegetación y el diseño urbano se ha adaptado a este entorno ajardinado de forma accesible a través de caminos y espacios generados entre árboles de gran porte.
Zonas específicas
Se separa una zona de niños de 0-3 años de otra de 3 años en adelante, ofreciendo un espacio adaptado y seguro para los más pequeños.
Existen al menos dos zonas grandes de estancia vinculadas a las entradas del parque con mesas que presentan un espacio de juego a la vez que son una estancia para los adultos, de forma que se convierten en puntos estratégicos de control de la salida furtiva de algún niño/a.
El juego
Se ha diseñado un espacio de gran diversión, y esto implica llevar al límite de un niño el espacio de juego, porque es en ese punto donde el pequeño disfruta. Es en la superación y el riesgo donde ellos encuentran la emoción del juego, todo dentro de un marco de seguridad recomendado.
Son muchos los espacios de juego que pierden todo su encanto al tratarlos desde un punto de vista accesible, ya que se eliminan desniveles, juegos de equilibrio y balanceo, entre otros. Con el Parque Inclusivo El Laurel se demuestra que es posible crear un parque accesible e inclusivo que resulte emocionante.
Se ha incentivado el protagonismo del propio suelo como elemento principal del juego libre. Para ello se ha dispuesto de elevaciones topográficas de distinta altura atendiendo al grado de dificultad física que pueda tener cada niño. Un parque para todos implica niños con plenas facultades y otros con necesidades especiales que pueden trabajarse y mejorar. Además, el espacio libre es fundamental para que aparezcan los juegos colectivos, que en la mayoría de los parques comienzan a ser difíciles de practicar por falta de espacio.
Todos los juegos se pueden utilizar a la vez por varios niños. Esto es muy importante porque hay dificultades físicas o cognitivas en las que un niño/a necesita ayuda para utilizar un juego, y es fundamental que pueda hacerlo en compañía. Por este motivo, los toboganes son de 1m de ancho para uso simultáneo, el columpio es tipo ‘NIDO’ para varios niños a la vez, y así sucesivamente como criterio para todos los juegos.
Hay espacios de resguardo a modo de pequeñas cabañas en el bosque con una malla que puede tumbarse, de modo que permiten la estancia de niños con dificultad en su tono muscular. El niño/a puede acceder con ayuda y estar acompañado en el juego porque todos los juegos escogidos para este proyecto lo permiten.
No hay ningún elemento que fomente la individualidad del juego. Del mismo modo todo juego tiene un cartel con simbología específica inclusiva para describir su uso.
El olor
El parque cuenta con plantas aromáticas que estarán identificadas con señalización en simbología reconocible desde el punto de vista cognitivo, adecuado a una fácil comprensión visual y escrito en Braille.
El sonido
En el parque encontramos aparatos de estimulación sensorial. Algunos poseen sonido asociado al movimiento y otros son de comunicación a través de tubos de acero.
Debido a su ubicación, el parque ofrece un entorno seguro sin presencia de vehículos. Esto conlleva menos ruido ambiente y por tanto un beneficio para niños/as a los que pueda suponer un problema el exceso de ruido.
El color
Además de la contaminación acústica somos conscientes que existe en los parques infantiles un exceso de color estridente que puede confundir la interpretación de un espacio a ciertos niños/as con alguna dificultad cognitiva. En este sentido, se han tomado las siguientes medidas:
- Los juegos son de madera y acero inoxidable de forma que se integran en el ambiente natural y vegetal del parque.
- El suelo se define en colores tierra de forma que también puedan mimetizarse con un entorno natural.
- Se propone un color para representar en el suelo información para los niños. De esta forma, un color puede marcar la zona de juego de mayores o también puede señalar la zona de estancia. El propósito es que un color en el suelo tenga un significado concreto que pueda ayudar a los niños a interpretar el entorno que les rodea.
La textura
Encontramos una línea cognitiva en suelo a modo de textura que permita guiar a personas con dificultades visuales por todo el parque. Además, algunos juegos incluyen la textura y los volúmenes como parte del entretenimiento.
Si desea más información sobre el proyecto del Parque Inclusivo El Laurel, no dude en ponerse en contacto con nosotros.
Desde BDU trabajamos estrechamente con nuestros clientes para integrar juego y bienestar en el entorno.
BDU diseña, distribuye y crea espacios de ocio, teniendo en cuenta el desarrollo positivo a través de la interacción con el entorno natural.