Uno de los desafíos que tenemos como adultos, es que nuestra mente tiene el patrón de ser habitual y no somos conscientes de nuestras elecciones inconscientes. La teoría del sesgo inconsciente dice que no vemos las cosas como son, las vemos como somos. Dicho esto, según la neurociencia, tenemos una forma de solucionarlo y ejercitar nuestra mente para no caer en la trampa habitual de nuestra mente. Lo llamamos tener una «mente de principiante», que es como tener una mente abierta y curiosa, como la tienen los niños.
Como adulto que trabaja para niños, esta es una cualidad tan importante como cualquier otra. Queremos crear espacios utilizando las mentes creativas que tienen los niños y, al mismo tiempo, los conocimientos que hemos adquirido como adultos.
Y esto es un desafío.
Mira, por ejemplo, la esquina de este edificio. ¿Entra o sale?
La verdad es que la esquina no entra ni sale. Es una ilusión óptica, y todo lo que vemos es cómo lo percibe nuestra mente. Entonces, en otras palabras, nuestra mente crea nuestra realidad.
Cuando vemos o experimentamos algo por primera vez, nuestro cerebro crea literalmente una instantánea mental de lo que acabamos de experimentar. Y es muy difícil ver algo que hemos visto una vez de una manera, verlo de otra manera.
Los científicos lo llaman «Rigidez Cognitiva».
La “Rigidez Cognitiva” es, en cierto modo, una cualidad esencial y útil de la mente ya que nos ayuda a poder reconocer cosas, de lo contrario, ¡imagina no poder reconocer serpientes mientras caminas por el bosque!
Si bien esta función del cerebro es muy útil para la supervivencia, también es muy limitante para el trabajo moderno y la interacción humana, porque las cosas que experimentamos que hemos experimentado antes, no las estamos viendo con una nueva perspectiva, sino más bien estamos proyectando la experiencia pasada.
Podemos transferir fácilmente este ejemplo a conocer a alguien por primera vez o iniciar una nueva conversación sobre un proyecto paisajista. Podemos ver u oír algo de nuestro cliente que nos recuerde a una conversación pasada y, debido a nuestra rigidez cognitiva, automáticamente nuestra mente tiende a saber lo que viene a continuación. En ese momento, el peligro es que nuestra mente se cierre a escuchar. O podemos saber, o pensar que sabemos qué es lo mejor, y mientras aparentemente estamos escuchando a alguien, internamente ya estamos planeando en nuestra mente lo que vamos a decir a continuación y, por lo tanto, no estamos escuchando realmente a la persona que tenemos delante.
Practicar Mindfulness puede ayudarnos a entrenar nuestra mente para escuchar mejor y también para tener una «Mente de Principiante».
Escuchar atentamente a alguien implica silenciar, no solo nuestra boca, sino también nuestra mente, sintonizar nuestro lenguaje corporal y sentir curiosidad genuina por lo que la persona está tratando de decir. En otras palabras, escuchar con atención significa estar completamente presente y tener una mente de principiante.
Estamos seguros de que tenemos el conocimiento de cuáles son los ingredientes necesarios para crear un proyecto paisajístico maravilloso o un parque donde niños y adultos disfruten, se expandan y sean ellos mismos. Esto proviene de los aprendizajes que hemos adquirido durante la vida, pero también de tratar de ser tan curiosos como un niño y de entrenar nuestra mente de principiante.
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Texto original escrito para la → revista de Richter Spielgeräte