Esta zona verde, cedida de una urbanización que estaba desuso, ha cambiado extraordinariamente su frecuencia de uso. Mientras que antes era un espacio vacío y sin vida, ahora se llena de gritos y alegría todos los fines de semana.
La actuación consistió en realizar dos terrazas en un terreno con bastante desnivel. El movimiento de tierras para hacer los taludes se hizo sin desechar tierra de la excavación.
La terraza de arriba con pavimento de arena y la de abajo con gravilla.
La contención de los pavimentos se ha hecho con una «mota vegetal» que invita a sentarse y disfrutar del espacio de juego en una posición privilegiada.
La pirámide tiene dos accesos para todo tipo de edades. Hay un arenero junto a la sombra de un árbol-banco que acoge a los padres y madres, un Caterpillar para los más pequeños con variedad de elementos para jugar con arena, una fuente con canales para jugar, refrescarse y aprender como fluye el agua y un esqueleto de madera natural que invita a trepar y hacer equilibrios
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