La arquitecta y paisajista Sarah Werner Konradi utiliza la plataforma de difusión de ideas TED Talk para señalar la importancia y el impacto del juego y los espacios de ocio en los niños. Utilizando su experiencia profesional y personal, Werner destaca la naturaleza y el riesgo controlado como factores fundamentales a la hora de jugar y crecer.
La infancia como factor clave para el desarrollo saludable
Werner inicia su discurso explicando los juegos de su infancia en el bosque situado detrás de la casa en la que vivía: “a los cinco años era arqueóloga, con seis, bióloga, con siete era chef y, a los ocho, arquitecta. Sí, tuve una infancia muy ajetreada en el bosque de detrás de mi casa en Carolina del Norte”, afirma entre risas haciendo referencia a la inagotable imaginación que empleaban ella y sus amigos para divertirse.
Sin embargo, como consecuencia de todos los cambios ocasionados a través de los años, los espacios de juego ya no son los mismos. Ahora ya no se juega en la calle, tampoco en los bosques o los espacios naturales.
Para la arquitecta paisajista, que cada vez los niños pasen menos tiempo jugando en la calle y en entornos sanos, como podrían ser los espacios naturales, resulta un hecho completamente negativo. El juego no es sólo divertirse, sino que implica un desarrollo físico y mental en los más pequeños. Se ha demostrado que las experiencias tempranas afectan a la configuración y el desarrollo de la mente y el cerebro de los niños.
En este sentido, el 90% del crecimiento cerebral ocurre durante los primeros cinco años a través de la interacción y la síntesis con el entorno. Ahí radica la importancia de crear espacios capaces de promulgar un desarrollo saludable para los niños.
Una nueva perspectiva en el diseño de los espacios de juego: los parques infantiles naturales
“El niño promedio pasa menos de siete minutos jugando de forma libre y no estructurada” recalca Werner, “hace 30 años, el niño promedio pasaba más de una hora y media fuera cada día”. Esto no sólo afecta a su desarrollo, si no que puede provocar enfermedades y problemas como el estrés, la ansiedad y la obesidad.
Ante este desolador panorama, Werner propone un nuevo enfoque en el diseño de estos espacios que implica abandonar las frías y tristes estructuras de plástico y hacer de estos lugares zonas naturales que se adapten a la forma de jugar de los pequeños y les ofrezcan una infinidad de oportunidades.
Los beneficios de la naturaleza en los parques infantiles
¿Por qué es importante la naturaleza en los espacios de ocio? Desde su capacidad de apaciguar y tranquilizar hasta la facultad de estimular el sistema inmunológico, reducir el estrés y motivar el movimiento. Los beneficios que produce la naturaleza en las personas son cuantiosos.
Pero no todas las familias tienen acceso al espacio natural, y una excursión o un paseo al bosque de vez en cuando no logra lo mismo que el juego diario o semanal. Las mejores zonas en la ciudad para crear un lugar así son los parques infantiles, reforzando de este modo la conexión entre niño y naturaleza.
¿Y en qué consisten los parques infantiles naturales? Son espacios en los que:
- Cada niño interactúa a su manera: el espacio se adapta a su desarrollo personal.
- Hay algo para cada niño: jugar con la naturaleza es inclusivo de por sí.
- Los niños pueden probar nuevas experiencias cada vez que acuden a él.
- Hay mucha vegetación, zonas donde los niños se sienten inmersos en el paisaje.
- Encontramos elementos que permiten que los niños tomen riesgos de forma segura.
- Hay materiales orgánicos sueltos para que los niños puedan manipular objetos a su antojo y desarrollar su imaginación.
- Se promueven juegos y actividades en grupo para los niños.
Una nueva oportunidad: el nature play y el riesgo controlado
Como afirma Werner, “nos asusta crear espacios de juego interesantes porque creemos que «interesantes» significa «poco seguros»”. La realidad es que es posible diseñar entornos estimulantes e interesantes y cumplir con la normativa.
Los parques infantiles naturales poseen una vegetación adecuada, materiales orgánicos y zonas libres donde los niños pueden explorar todas las posibilidades del entorno, sumergirse en el paisaje o poner a prueba sus límites físicos y mentales.
Los espacios que solo tienen equipamiento para el desarrollo motor grueso no ofrecen toda esta amalgama de oportunidades. Para Werner, en los parques infantiles bien diseñados los niños se ensucian, exploran, descubren, crean y crecen.
Porque en la carrera por desarrollar espacios naturales en las grandes ciudades no podemos olvidar a los niños. Reinventar los espacios de juego para que se conviertan en parques infantiles naturales es un factor crucial para las sociedades actuales.
Si deseas más información sobre el diseño de parques infantiles naturales, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Desde BDU trabajamos estrechamente con nuestros clientes para integrar juego y bienestar en el entorno.
BDU diseña, distribuye y crea espacios de ocio, teniendo en cuenta el desarrollo positivo a través de la interacción con el entorno natural.