Los parques infantiles tradicionales nacen de una idea estandarizada que busca minimizar la responsabilidad y el riesgo de los niños. Sin embargo, para asegurar un desarrollo infantil adecuado, los pequeños necesitan oportunidades de juego que les permitan adquirir consciencia sobre ellos mismos y su entorno. Los parques infantiles naturales son garantes de una gran variedad de experiencias gracias a la incorporación de un mobiliario variado y elementos como la madera, el agua o la arena.
Afortunadamente, a medida que seguimos aprendiendo sobre los beneficios del juego basado en la naturaleza, este tipo de parques ganan protagonismo. Cada vez surgen más parques infantiles naturales que incorporan materiales que evocan la naturaleza y dejan más espacio a la imaginación de niños y niñas.
Parques infantiles naturales: la creatividad en el centro de todo
Considerando detalladamente el entorno, la naturaleza y un mobiliario que permita muchas oportunidades de juego, conseguimos crear parques infantiles naturales originales y creativos.
El Parque Inclusivo El Laurel es buen ejemplo de ello. Su paleta de colores terrosos y la topografía asimétrica ayudan a tender un puente estético-sensorial entre lo urbano y lo rural. Abundan la madera y la arena, de modo que los niños experimentan y conectan con el entorno utilizando uno de nuestros principales sentidos: el tacto.
Del mismo modo, el proyecto del Salón de Pinos y el parque de Arganzuela explotan la conexión con la naturaleza gracias a unos juegos integrados que emulan la indómita sierra madrileña y ofrecen a los niños toda clase de desafíos para fomentar su imaginación.
Los beneficios de los parques infantiles naturales
Desde BDU creemos en los espacios al aire libre, naturales y jugables. ¿Por qué? Os explicamos algunas de las principales ventajas que nos hacen apostar por los parques infantiles naturales.
1. Son creativos, inclusivos y accesibles
No hay una «forma correcta» de jugar en un parque infantil natural. Por el contrario, encontramos una mayor variedad que anima a los niños a utilizar los juegos de una manera que les resulte divertida y cómoda: ningún niño se sentirá privado de diversión. En este sentido, se eliminan las normas y se sustituyen por experiencias estimulantes gracias a unos juegos sensoriales e imaginativos.
2. Afrontar el riesgo
Este tipo de parques contribuyen a un aprendizaje responsable. Aunque la seguridad es fundamental en todas las zonas de juego, los niños deben aprender a afrontar el riesgo como parte importante de su desarrollo. Los parques infantiles naturales son una buena forma de presentar elementos de riesgo gracias a los retos de escalada y salto, entre otros, pero también de equilibrar ese riesgo con medidas de seguridad como la arena, una superficie de aterrizaje amortiguadora.
3. Permiten a los niños aprender más sobre la naturaleza
Debido a su diseño, los parques infantiles naturales ponen a los niños en contacto directo con el entorno, incluyendo su aspecto, sus sonidos y sus sensaciones. Esto contribuye a que los niños aprendan más sobre el medio ambiente y los anima a adoptar hábitos respetuosos a una edad temprana.
4. Una mayor integración con su entorno
Los parques infantiles naturales construidos con madera, arena y agua son una tendencia creciente gracias a su sostenibilidad y a su idoneidad en una gran variedad de entornos. Además, en muchas ocasiones se convierten en un refugio natural dentro de núcleos urbanos grises y duros.
Si deseas más información sobre los parques infantiles naturales, no dude en ponerse en contacto con nosotros.
Desde BDU trabajamos estrechamente con nuestros clientes para integrar juego y bienestar en el entorno.
BDU diseña, distribuye y crea espacios de ocio, teniendo en cuenta el desarrollo positivo a través de la interacción con el entorno natural.