Batlle i Roig se define como una oficina multidisciplinar donde se combina la práctica del Planeamiento, el Paisajismo y la Arquitectura. Creada en 1981 por Enric Batlle y Joan Roig, este grupo de apasionados profesionales trabaja en estrecho compromiso con el medioambiente para buscar soluciones que contribuyan a resolver la emergencia climática de nuestro planeta.
Bajo lema “merging city & nature”, Batlle i Roig aglutina sus compromisos de mejora en los proyectos que desarrolla. El objetivo: unas ciudades donde la movilidad sostenible, las personas y las infraestructuras verdes ocupen una posición central. En BDU compartimos los mismos valores y aspiraciones, habiendo trabajado conjuntamente en proyectos como el Parque de Vallmora (Masnou) o Can Bada (Badalona), entre otros. Hablamos con los profesionales Joan Batlle Blay y Clàudia Amías Roget de Batlle i Roig sobre urbanismo, valor lúdico y paisajismo.
- Batlle i Roig destaca por proyectar las ciudades valorando su geografía primigenia y ordenando el territorio a través del respeto por el medio ambiente. El Parque de Vallmora, en El Masnou, es un ejemplo de cómo aprovechar adecuadamente el entorno para obtener un espacio dedicado al disfrute de las personas. ¿Dónde radica el éxito de este parque? ¿Existe una vocación pedagógica?
C: El parque de Vallmora, en el municipio del Masnou, recupera la topografía existente de este torrente. Se sitúa en unos antiguos campos de cultivo que durante un periodo estuvieron abandonados y que se han ido convirtiendo en un espacio degradado donde se han vertido todos los desechos. La voluntad de este parque es recuperar un espacio que ha sido degradado durante mucho tiempo y devolverlo a sus ciudadanos a través de una zona libre donde todos sus ciudadanos puedan encontrarse.
Sobre todo, lo que se pretende en esta actuación, además de devolverle al ciudadano este espacio, es hacerle ver que una zona degradada se puede convertir en un espacio de valor, un espacio altamente cualificado para encontrar y generar nuevos entornos que dialoguen con la naturaleza y, en especial, los ámbitos de juegos y lúdicos.
Parque de Vallmora, Masnou
- En la misma línea, Can Bada ha sido un proyecto de transformación de un antiguo vivero en un parque multifuncional y defensor de la biodiversidad. ¿De qué manera aspira el parque a ser un refugio climático?
J: El parque de Can Bada es un proyecto muy parecido al parque del Masnou, porque aprovecha una tipología existente, en este caso un antiguo vivero, para convertirlo en un espacio abierto para la ciudadanía.
Asimismo, su proximidad con un torrente que pasa muy cerca lo convierte en un sitio ideal para generar un pequeño microclima consecuente con la vegetación de este torrente y generar ese pequeño refugio climático que hoy en día nos gusta crear en nuestras ciudades. A partir de aquí, es el mejor sitio para empezar a colocar mobiliario o juegos infantiles que acompañen a este pequeño refugio climático.
Proyecto de Can Bada, Badalona
- Los parques infantiles de nuestros proyectos comunes apuestan por poner a las personas y a la naturaleza en el centro del debate. En este contexto, ¿cuál es el papel las zonas de juego en los espacios públicos? ¿Qué aporta el valor lúdico?
C: Devolver las relaciones entre la naturaleza y las personas es nuestro nuevo objetivo a través de la generación de nuevos espacios públicos donde gente de diferente edad puedan reencontrarse en este lugar y redescubrir la naturaleza.
J: Quizás, hace unos años, cuando diseñábamos los parques era para deambular, hoy en día ya no sólo se hace para pasear, sino que las personas quieren hacer cosas. La gente ya no solo sale a pasear: también sale a correr o a hacer ejercicio. Ya nos hemos acostumbrado a que los parques incorporen, como en el caso de Can Bada o del Masnou, unas zonas infantiles donde haya unos juegos que permitan una relación directa con la naturaleza, cuando antiguamente se encontraban vallados, delimitados y asilados. Eso es lo que nos gusta más de trabajar estos parques o realizar esta mezcla de usos.
C: De este modo, queremos potenciar un poco la actividad física. Estamos en una época de más sedentarismo, y con nuestro trabajo generamos nuevos espacios donde los niños se encuentren para tener un poco más de actividad, moverse y relacionarse entre ellos.
- Desde BDU nos enorgullece haber trabajado juntamente con Batlle i Roig para el desarrollo de espacios respetuosos con el entorno y los ciudadanos. ¿Por qué elegisteis trabajar con nosotros?
J: La relación ya viene de hace muchos años y nos gusta mucho trabajar con vosotros. Primero por el trato: esto es muy importante. Segundo: por la línea de trabajo y diseño que tenéis de los juegos. Justamente es nuestra idea, o quizás es una idea compartida de nuestra sociedad actual sobre la relación con la naturaleza.
Parque de Vallmora, Masnou
La línea de diseño de BDU va muy en línea con estos proyectos, así como el trabajo con materiales naturales, como por ejemplo la madera, que nos encanta. Evidentemente, esto nos relaciona con la naturaleza. Nos da la idea de jugar en el bosque, algo que hoy en día la gente que vive en la ciudad apenas considera, pero que quizás con los juegos desarrollados por BDU sí que se consigue de una forma más directa.
En este contexto tiene importancia la gran variedad de elementos que existen y que te hacen pensar o evocar que estás en medio de ese bosque ideal lleno de juegos. Y esto, sumado a todo lo demás, es lo que nos hace trabajar con vosotros.
C: También trabajar con proyectos más específicos: salir un poco de los proyectos que están en catálogo e intentar generar, o diseñar, un juego específico para cada lugar.
- Las grandes ciudades están cambiando su modo de proyectar los espacios públicos. ¿El paisajismo es un factor clave en este escenario?
J: De una forma más genérica, no sólo desde las zonas infantiles. En nuestro país, desde hace 3 años existe la carrera privada de paisajismo. En el resto del mundo —por ejemplo, en Francia— la carrera de paisajismo es casi más antigua que la de arquitectura. El paisajismo en Europa siempre ha sido una carrera, una vocación con una historia enorme. En París, la escuela Versalles es la más importante del mundo y está ubicada en el palacio. Aquí llevamos 3 años desde que se ha creado el grado de paisajismo y esto da pistas sobre cómo está evolucionando la sociedad, de cómo empezamos a ver el paisaje como una herramienta muy importante a la hora de diseñar nuestras ciudades.
Hoy en día, ya no son solo los arquitectos los que tienen que decidir cómo cambiar o diseñar las ciudades. Desde Batlle i Roig tenemos esta doble vertiente entre arquitectura y el paisajismo que intentamos que vayan de la mano a la hora de generar nuevos espacios en las ciudades.
- ¿Qué implica trabajar de forma adecuada el paisajismo?
C: Para Batlle i Roig lo más importante del paisajismo es que estamos en un sitio donde ya han pasado cosas antes. Empezamos un proyecto con unas preexistencias o unos elementos que solo existen en este lugar, y para nosotros siempre es muy importante reconocerlos, recuperarlos y, sobre todo, mostrarlos a la hora de hacer el paisajismo. Además entran en juego las sinergias entre la naturaleza, el agua, los espacios…Hay que pensar en cómo podemos relacionar todo esto con los futuros usuarios de estos espacios que estamos regenerando.
Proyecto de Can Bada
- En BDU queremos que nuestros proyectos armonicen las necesidades de la sociedad y el entorno, potenciando los elementos paisajísticos del lugar. ¿Este planteamiento de configuración urbana se acabará convirtiendo en la nueva normalidad para las ciudades?
C: Hay un nuevo cambio de paradigma de las ciudades que ya no son ciudades de nueva creación, sino que lo que estamos haciendo a partir de ahora es regenerar nuevas ciudades, y espacios a través de todo lo que ya existe. Creemos que hay que seguir en esta línea y que es muy difícil que se puedan volver a generar ciudades desde cero.
J: Sobre todo, un ejemplo claro —y remitiendo a la primera pregunta que habéis hecho— es el parque del Masnou: cómo dentro de una ciudad, de un municipio y a través de lo que era una antigua zona de cultivo y terrazas agrícolas, se convierte el espacio en una zona infantil. Y cómo aprovechamos esa topografía para generar esas zonas de juego.
Se aprovechan los desniveles para crear esos toboganes que juegan también con la propia vegetación de los taludes de bajada y, a la vez, aprovechamos esos taludes para escalar y volver a subir.
Cómo aprovechar toda esta geografía para que sea el juego en sí, y esto está dentro de la ciudad. Las zonas infantiles ya no son elementos cerrados y vallados en una acera de la ciudad, sino que se aprovechan todos estos elementos para hacernos partícipes de esa naturaleza de la propia urbe. Por lo tanto, creo que el futuro de las ciudades, como bien defendéis desde BDU, está en línea con hacer esa relación, ese vínculo a través de las zonas de juego y de otras muchas cosas, entre la naturaleza y nuestro mundo urbano.
- ¿La arquitectura y los espacios de ocio pueden ser la gran palanca de cambio hacia la regeneración social y medioambiental?
J: Absolutamente. Cuando diseñamos esta nueva ciudad, las zonas infantiles ya no elementos que añadimos al final, sino que forman parte del proyecto desde el minuto uno, desde su concepción. Básicamente, acaban siendo el corazón del parque y el corazón de las calles. Esta idea que tiene ahora mismo el Ayuntamiento de Barcelona de La Ciudad Jugable, va más allá de la política. Hemos de empezar a recuperar esa ciudad dominada por el coche y devolverla al peatón. No solo andaremos por estos nuevos espacios: también nos gusta jugar.
Este jugar, como decía Claudia, está en línea con esas ideas de que las piezas de juego tanto físicos como lúdicos se conviertan en parte de ese corazón en las nuevas ciudades. Es muy importante porque estamos diseñando una ciudad que no tenemos en qué basarla. Antiguamente, hacíamos aceras simplemente para estar. Actualmente, generamos zonas de estar o zonas de juego para que la gente tenga ese disfrute y esa conexión con la naturaleza, y por lo tanto pasan a ser una zona central.
Si deseas más información sobre nuestros proyectos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Desde BDU trabajamos estrechamente con nuestros clientes para integrar juego y bienestar en el entorno.
BDU diseña, distribuye y crea espacios de ocio, teniendo en cuenta el desarrollo positivo a través de la interacción con el entorno natural.