Junto a nuestro partner Richter, consideramos que el valor lúdico, la calidad, la durabilidad y la sostenibilidad son el corazón de todo lo que hacemos. A lo largo de los años, hemos evolucionado hacia una visión que no solo promueve el disfrute de los más pequeños, sino también el respeto por la naturaleza y la creación de espacios de valor que perduren. En este artículo exploraremos cómo la sostenibilidad se convierte en una piedra angular en la creación de parques infantiles naturales.
La sostenibilidad en los parques infantiles
Los parques infantiles ecológicos son aquellos que, desde su diseño hasta su implementación, tienen en cuenta el impacto ambiental y social que generan. Esto significa que cada paso del proceso, desde la elección de los materiales hasta la instalación, se realiza con el propósito de minimizar el uso de recursos y reducir los residuos. En BDU, nos guiamos por una filosofía de economía circular que busca alargar la vida útil de los parques, reutilizar materiales y mantener una conexión estrecha con el entorno natural.
La importancia de la sostenibilidad en la creación de espacios de juego radica en su capacidad para educar a las nuevas generaciones. Al interactuar con elementos naturales como la madera, la arena o el agua, los niños aprenden de manera intuitiva sobre el medioambiente. Como explica Inés Casanova, arquitecta y paisajista de BDU, «los juegos además de formar parte del paisaje, son una herramienta para sensibilizar a los niños respecto al medio ambiente, de modo que a través de los parques infantiles naturales pueden acercarse a la naturaleza».
Beneficios ambientales de los materiales naturales
El uso de materiales naturales en la construcción de parques infantiles tiene un impacto positivo tanto en los usuarios como en el entorno urbano. La madera, nuestro material favorito, destaca por su agradable tacto, su calidez y por ser una materia prima renovable que tiene un ciclo de vida mucho más ecológico que otros materiales como el plástico o el metal. La textura natural de la madera fomenta el juego, y su resistencia la convierte en un material duradero y seguro.
Además de la madera, incorporamos otros materiales sostenibles como la cuerda, la corteza, la arena y la grava. Las cuerdas estilo Hércules, por ejemplo, están hechas a mano individualmente por los cordeleros de Richter y se emplean en redes de escalada y columpios, ofreciendo a los niños una experiencia de juego física y sensorialmente rica. El uso de estos materiales no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también mejora la integración del parque en el paisaje urbano.
Diseño sostenible e integración con la naturaleza
Uno de los grandes desafíos en el diseño de parques sostenibles es garantizar que estos se integren de manera armónica con el entorno natural. En BDU y Richter, buscamos que los parques no sean elementos invasivos, sino que se conviertan en una extensión del paisaje. Para ello, prestamos especial atención a los árboles, las sombras, el relieve y los cursos de agua. Esto nos permite crear espacios que respetan el medioambiente y que lo embellecen.
Proyecto paisajístico de Batlle i Roig
Un ejemplo de nuestras prácticas sostenibles es la reducción del uso de hormigón en las bases de los juegos. Gracias a las innovaciones en anclajes y cimientos, hemos logrado minimizar la cantidad de hormigón necesario, lo que permite un mayor respeto por el suelo natural y facilita la recuperación del espacio si el parque llega a ser desmantelado.
Richter aprovecha todas las partes de los troncos para reducir el desperdicio. Las secciones exteriores de los árboles, que suelen ser consideradas deshechos, son utilizadas en techos y paredes de casitas de juego, plataformas y torres. Incluso los restos de madera se reciclan como combustible, fomentando un ciclo de vida responsable.
La conexión entre los niños y la naturaleza
Uno de los mayores beneficios de gestionar áreas infantiles sostenibles es la oportunidad que brindan a los niños de reconectar con la naturaleza. Estos espacios verdes se convierten en un oasis donde los más pequeños pueden explorar, descubrir y aprender de su entorno. A través del juego con materiales naturales como la madera, el agua y la arena, los niños desarrollan un vínculo especial con el medioambiente, que les permite valorar y respetar los recursos naturales.
Fomentar esta conexión entre los niños y la naturaleza es esencial para formar adultos conscientes del impacto que tienen sus acciones sobe el medioambiente.